Cada vez más usamos la palabra “tóxic@” para describir relaciones personales. Algunas con nuestras parejas, otras con miembros de nuestra familia y otras con amigos cercanos. Pero, esta descripción también puede aplicar a nuestros lugares de trabajo y afectarnos de formas que no alcanzamos a reconocer.

En este blobpost te contamos cómo identificar un ambiente de trabajo tóxico y algunas estrategias que te pueden ayudar a manejar las situaciones, y el estrés que ellas te generan.

Signos de un ambiente de trabajo tóxico

Aunque todos tenemos malos días en el trabajo, este debe ser un lugar en el que la mayoría del tiempo nos sentimos cómodos y retados, pero sobretodo respetados y escuchados. Un ambiente de trabajo que no promueva esto para todos y cada uno de los empleados, puede llegar a ser un ambiente tóxico.

Pero, ¿cómo podemos identificar si nuestro trabajo es tóxico y qué podemos hacer al respecto? Aquí te compartimos algunas de las cosas que pueden ser indicadoras de que nos encontramos en un ambiente tóxico para nuestro desarrollo personal y profesional.

1. Mala comunicación

Un indicador de un ambiente de trabajo tóxico es la mala comunicación. Esta puede verse representada en comportamientos como:

• Comunicación escasa o confusa

• Lenguaje pasivo-agresivo

• Falta de claridad en los objetivos

• Algunos empleados reciben mensajes diferentes

• Falta de habilidades de escucha

• Constantes mensajes enviados en horas no laborales

La mala comunicación puede tener impactos importantes en la salud y la moral del equipo. Tener mala comunicación genera confusiones, repetición, poca alineación, entre otras.

1.1. ¿Cómo fortalecer la comunicación?

Es básico y fundamental que tú y tu equipo trabajen en fortalecer la comunicación. Hacerla transparente, accesible, clara y amable puede hacer que tu ambiente de trabajo mejore y, en consecuencia, tu productividad y la capacidad de colaboración de tu equipo.

1.1.1. Establece reglas de comunicación:

Definir reglas de comunicación parece simple, pero puede ser difícil, especialmente, si tu compañía ya tiene una cultura establecida. Sin embargo, puedes empezar pequeño, como crear canales en donde la comunicación está limitada a un solo tema o establecer horarios para la comunicación síncrona.

1.1.2. Disminuye los canales:

Tener múltiples canales de comunicación genera que tus colaboradores no sepan en dónde deben centralizar las conversaciones. Establece un canal primordial de comunicación y respétalo. Evita usar Slack y correo al mismo tiempo como canales con el mismo nivel de importancia.

1.1.3. Evita las conversaciones privadas:

No es que hablar en privado esté mal, pero si hay conversaciones que deban incluir a otras personas, lo mejor es hablarlo en canales públicos, en donde todos los involucrados puedan participar y aportar. Hacer las conversaciones más amplias te ahorrará tiempo y malos entendidos.

1.1.4. Exige respeto en la comunicación:

Sin importar quién se comunica con quién, en tu compañía debe primar el respeto y el reconocimiento. Exige a tus colaboradores que respondan los mensajes que les envían, y sean respetuosos en la comunicación.

1.1.5. Promueve la transparencia:

Comunica las verdades que son importantes para tu compañía a través de canales públicos. Sé consciente de que tus colaboradores deben entender en dónde están parados y qué riesgos pueden enfrentar.

La transparencia también incluye el feedback. Crea una cultura de feedback directo, pero respetuoso, que tu equipo sepa cómo puede mejorar y hayan espacios en donde se pueda aportar crítica constructiva en todos los niveles.

1.1.6. Alinea a tu equipo de liderazgo:

Como líder debes ayudar a que tu equipo de liderazgo esté alineado en los objetivos de la compañía y las reglas de comunicación. Evangeliza las reglas con ellos y ayúdales a comunicarlas a sus equipos de manera clara.

2. Exclusión y chismes

Un ambiente labora tóxico puede estar viciado por comportamientos de exclusión y chismes. Identificar estos comportamientos es fundamental para pararlos y darles el tratamiento adecuado. Un equipo que está constantemente inventando chisme o hablando mal de los demás colaboradores es un equipo en riesgo de volverse tóxico.

2.1.¿Cómo manejar un ambiente excluyente y con chismes?

Poder manejar un ambiente con comportamientos excluyentes y chismes puede ser todo un reto. Como líder o como colaborador, es importante que procures no caer en estos comportamientos, ya que eso va a afectar tu desempeño y el de tu equipo.

2.1.1. Identifica conversaciones malintencionadas:

Algunos colaboradores pueden no saber cómo y con quién expresar las frustraciones que les produce el trabajo. Si te encuentras en una conversación en donde se habla mal de una persona, y esa persona no ha tenido la oportunidad de escuchar ese feedback, sé honesto y invita al interlocutor a comunicar ese malestar con la persona, o con su manager.

2.1.2. Exige alineación en las capas de liderazgo:

Uno de los errores más comunes en las compañías es el de tener líderes sin alineación. Evita conversaciones en donde un líder desautoriza a otro o en donde se pone en tela de juicio la idoneidad de dicho líder. Esas conversaciones deben hacerse en espacios privados y con las personas adecuadas para lograr una mejora en los comportamientos.

2.1.3. Abre espacio para todas las opiniones:

Involucra a diversos colaboradores que puedan aportar en las conversaciones. Dales el espacio para que expresen lo que piensan y cómo ciertos temas los pueden afectar. Ayuda a mediar con estas personas y con los demás equipos para mostrar cómo todas las opiniones son válidas.

3. Mal liderazgo

Un ambiente con líderes no preparados puede hacer mucho daño a una organización. Por eso, es importante que se tenga claridad sobre la expectativas del trabajo de un líder y su forma de interactuar con el equipo.

Los líderes son los representantes de ti mismo, son quienes comunican la estrategia y hacen que tu equipo crezca para alcanzar los objetivos. Por eso, ellos son fundamentales para cultivar una cultura sana y respetuosa.

¿Cómo enfrentar el mal liderazgo?

3.1.1. Forma a tus líderes:

Muchas veces se cree que la única forma de crecer es a través de promociones a puestos de liderazgo, sin embargo, esto no es verdad. Identifica quiénes de tus colaboradores quieren ayudar al equipo a crecer y dales la formación necesaria para convertirse en buenos managers.

3.1.2. Crea un ambiente seguro en tu equipo de liderazgo:

Tu equipo de liderazgo es una unidad que ayuda a los colaboradores a alcanzar las metas de la compañía. Por eso, tu equipo debe sentirse cómodo cuando deben compartir feedback o críticas constructivas entre ellos. Dales la tranquilidad de poder expresarse y apoyarse como el equipo que son.

3.1.3. Sé claro con la cultura que quieres promover:

Comunica de manera clara los valores que rigen a tu empresa. Sé constante en esa comunicación y recuérdalos cada vez que tengas oportunidad. Tus líderes deben ser evangelizadores de esos valores y la cultura que ellos fomentan.

4. Pocas oportunidades de crecimiento

En ambiente en el que veas pocas posibilidades de crecimiento, puede ser un ambiente tóxico. Sin embargo, debes ser consciente sobre lo que significa crecimiento para ti y debes tenerlo en mente para poder lograrlo.

4.1. ¿Cómo manejar pocas oportunidades de crecimiento?

En principio es tu responsabilidad entender qué es lo que tú consideras como crecimiento y debes tener la determinación para comunicarlo. Hoy día, los empleados quieren ofrecerle a las empresas sus mejores cualidades, pero, esperan en retorno una compensación no sólo monetaria sino de crecimiento.

4.1.1. Sé explícito con lo que quieres lograr:

Incluso desde el proceso de entrevistas abre un espacio para discutir las oportunidades de crecimiento que tendrás. Comunica qué quieres alcanzar y en cuánto tiempo crees que podrías lograrlo.

4.1.2. Pide ayuda a tus líderes:

Establecer metas y comunicarlas con tus líderes es un trabajo arduo, pero es necesario para ser transparente con lo que tú esperas. Al final de cada Q, habla con tu líder y especifica qué quieres alcanzar y en cuánto tiempo lo quieres lograr.

4.1.3. Aprende a decir adiós:

Puede que el ambiente en el que estás no tenga las posibilidades de brindarte lo que tú esperas. Ten la consciencia de que eso puede pasar y está bien dar el siguiente paso en tu carrera para buscar un ambiente que sea más acorde a lo que tú esperas.

5. No eres suficiente para estar ahí

En la cultura de las start-ups se ha creado una filosofía sobre el crecimiento profesional ilimitado. Nos hacen creer que nunca es suficiente y que sólo tener la oportunidad de trabajar en una de estas compañías ya es un milagro. Pero, si estás en ella es porque tienes habilidades que son valiosas y que aportan a tu equipo.

5.1. ¿Cómo reconocer nuestro propio valor?

Lo cierto es, que sin importar en qué empresa te encuentres, tienes cosas que aportar, aunque dentro de la organización te hagan creer que no es cierto. Es fundamental que reconozcas tu valor y lo pongas por encima de los intentos por hacerte sentir menos de lo que realmente eres.

5.1.1. Sé honesto sobre tus fortalezas y debilidades:

Todos tenemos fortalezas y debilidades. Algunos somos buenos con los números y otros no tan buenos haciendo pasteles. Todo esto está bien, siempre que seas capaz de reconocer, en ti mismo, tus fortalezas y las cosas que no sabes hacer o que ni siquiera te interesan.

5.1.2. Comunica tus fortalezas y debilidades a tu equipo:

Abre las puertas para que tu equipo te reconozca con tus debilidades y tus fortalezas. Apóyate en los que son fuertes en áreas que tú no y ayuda en donde tú puedes aportar más valor. Crea una cultura del reconocimiento y la aceptación.

6. Falta de balance vida-trabajo

Cada vez es más importante tener un balance entre la vida y el trabajo. Si te encuentras en un ambiente en donde te ves lleno de reuniones y trabajando hasta altas horas de la noche, sin la posibilidad de crecer personalmente, tal vez estés en un ambiente tóxico.

6.1. ¿Cómo lograr un mejor balance?

Poder crecer profesionalmente es uno de los retos más importantes para quienes nos empleamos, sin embargo, nuestro crecimiento personal también lo es, y por eso, debemos trabajar por ello.

6.1.1. Ponte horarios:

Define tus horas de trabajo y respeta tus tiempos. Dedica espacios para tu crecimiento personal o tu propio esparcimiento.

6.1.2. Identifica lo que te llena como persona y cultívalo:

Además de tu trabajo pueden haber otras actividades que te guste emprender. Trata de identificar cuáles son estas e invierte tiempo en su desarrollo.

7. Es difícil trabajar en equipo

Un indicador de que un empleo puede ser tóxico es tener grandes dificultades para trabajar en equipo. Si identificas que tus compañeros o tus líderes no te involucran en proyectos o no te reconocen por tu trabajo, puede ser que te encuentres en un ambiente negativo.

7.1. ¿Cómo mejorar el trabajo en equipo?

El trabajo en equipo es una de las herramientas más valiosas que tenemos en las compañías para alcanzar objetivos. Es el espacio en donde los talentos de diversas personas se reconocen y se usan para alcanzar una meta más grande.

7.1.1. Conoce a tu equipo:

La mejor forma de reconocer las habilidades de nuestro equipo es darnos a conocer. Puede ser en actividades no laborales o retos que nos permitan mostrar lo que cada uno puede alcanzar.

7.1.2. Da el reconocimiento:

Reconoce cuando tus compañeros hacen un buen trabajo y comunícalo a los demás miembros del equipo. Esto te ayuda a generar un vínculo de confianza y establece mejores relaciones dentro del equipo.

7.1.3. Comunica cómo tu equipo te ayudó:

Así como dar el reconocimiento, es importante que puedas comunicar cuando tu equipo te ayuda a crecer a ti particularmente. Muestra lo que te enseñan y reconoce que algunos de ellos son mejores que tú en diversas actividades.

Conclusión

En conclusión, aunque podemos enfrentarnos a algunas de las características de los ambientes de trabajo tóxicos, lo cierto es que, es necesario que podamos identificar si hay cosas que no podemos tolerar porque van en contra de nuestros propios valores. La resiliencia no puede ser el único antídoto ante situaciones que nos hacen daño personal y profesionalmente.