Por qué nos cuesta tanto enfocarnos y qué hacer al respecto
En Wannabe creemos que la cultura del enfoque es una responsabilidad de todo el equipo. Respeta los tiempos de trabajo de las personas. Respeta tu cuerpo y sus necesidades.
El problema del enfoque está cada vez más presente en nuestro día a día. Muchas veces, porque tenemos múltiples tareas acumuladas, debemos hacer seguimiento a más de un proyecto y sus tareas específicas, o porque simplemente, tenemos demasiados distractores que nos impiden cumplir con lo que tenemos que hacer. Pero, ¿por qué sucede esto? y ¿hay alguna forma para evitar perder el enfoque?
Queremos dejar claro que el enfoque es una habilidad vital para que podamos cumplir con nuestros objetivos, esto, sin que necesariamente, aboguemos por la ultra-productividad y el afán de estar teniendo resultados de manera obsesiva. Al contrario, creemos que el enfoque nos permite vivir una vida más tranquila, que busca cumplir con metas que nos darán más tiempo para disfrutar, aprender y conocer el mundo.
1. ¿Por qué es tan difícil enfocarse?
Aunque podríamos reducir las razones por las que nos cuesta tanto enfocarnos a la prisa que llevamos día a día, y a las múltiples ocupaciones que nos imponemos, lo cierto es que, la falta de atención y enfoque pueden estar relacionadas con múltiples factores físicos, fisiológicos y mentales que pueden impedir que nos logremos enfocar.
1.1. Factores relacionados con el estilo de vida
Los factores de nuestro estilo de vida que nos impiden mantener la concentración incluyen:
La falta de sueño
El hambre
La deshidratación
La falta de ejercicio
La fatiga
Aunque no parecieran relacionados, el no tener nuestro cuerpo balanceado, con los nutrientes que necesita, el debido descanso, ejercicio y la hidratación correcta, puede generarnos una incapacidad para concentrar nuestra atención y lograr nuestros objetivos.
1.2. Factores externos
Aunque podemos hacer mucho para mantener nuestro enfoque a través de un estilo de vida saludable, lo la verdad, es que los factores externos nos afectan en múltiples formas.
El estrés producido por el trabajo, el tráfico, las relaciones personales, etc, pueden generar distracciones y prevenir que desarrollemos el enfoque que necesitamos.
1.3. Enfermedades
Existen múltiples enfermedades que pueden afectar nuestra capacidad de enfoque. Algunas de estas pueden incluir: la depresión y la ansiedad, el uso de sustancias psicoactivas, la epilepsia, el desorden bipolar entre otros.
Aunque cada vez es más fácil darnos la oportunidad de reconocer estas enfermedades, aún hay muchas personas que se rehusan a identificarlas y tratarlas. Esto hace que les cueste mucho trabajar en ellas y que sus problemas de enfoquen se mantengan.
1.4. Listas interminables de pendientes
Más allá de las enfermedades y de los factores externos, el planear nuestra vida con largas tareas o interminables listas de pendientes nos hacen menos probables a mantener el enfoque.
Cuando tenemos muchas tareas que son complejas y nos requieren investigación o desarrollo de alguna habilidad, nuestro cerebro tenderá a evitarla porque parece muy difícil. De la misma forma, tener listas y listas de pendientes nos hace sentir como que no alcanzamos mucho al final del día, aunque hayamos hecho un par de las cosas que nos propusimos.
2. ¿Qué hacer para mantener el enfoque?
Como ves nos es una sólo área la que se debe atacar para lograr un enfoque eficiente. Es necesario que identifiquemos las causas de nuestro desenfoque y busquemos ayuda con cada una de ellas.
2.1. Cuida tu cuerpo
Cuidar nuestro cuerpo incluye tener una dieta balanceada que incluya todos los tipos de comida y una hidratación constante. Es necesario que sepamos que todos los alimentos cumplen una función importante en nuestra nutrición y, es por eso, que no podemos dejar ninguno a un lado.
Haz ejercicio: Hacer ejercicio es un hábito que debería ser adoptado por todas las personas. Tener, al menos, media hora de actividad física diariamente nos ayuda a mantenernos despiertos, con energía y más felices. No tiene que ser nada complejo, puedes empezar caminando 30 minutos al día para que puedas ver los resultados.
Duerme y descansa: El sueño es una de los factores más importantes en la consolidación del aprendizaje y de el correcto funcionamiento de nuestro cerebro. Tratar de dormir, en promedio, ocho horas al día, puede ser la diferencia entre lograr nuestros objetivos o no. Cada persona tiene unas necesidades de sueño diferentes, pero todos necesitamos descansar.
Toma agua: Mantenernos hidratados es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Tomar agua nos ayuda a mantener nuestros músculos con niveles de fluido adecuados, lo que nos permitirá usar nuestros músculos por mayor tiempo.
2.2. Conoce tu salud mental y dale prioridad
Entender quiénes somos y cómo nos afectan los factores internos y externos es muy importante para poder determinar cómo afrontarnos a las diversas situaciones de la vida.
No es que tengas que buscar medicarte o entrar en terapia, es más buscar ayuda para comprender cómo lo que te sucede afecta tu salud mental.
Así como nos hacemos chequeos anuales del correcto funcionamiento de nuestro cuerpo, nuestra mente funciona igual. Acercarnos a la medicina que trata esta parte de la vida, puede ser la forma en la que encontremos la tranquilidad y el enfoque que necesitamos.
2.3. Conoce tu cuerpo y qué pasa con él
Conocer nuestro cuerpo abarca entender qué enfermedades padecemos y en cuáles estamos en riesgo por factores genéticos.
Ese conocimiento nos abre la puerta para entender cómo se comporta nuestro cuerpo y por qué y cómo lo que consumimos, incluidos los medicamentos, pueden afectar nuestro estado de ánimo.
Si consumes medicamentos y te sientes constantemente cansado, puede ser que ese sea un efecto de los medicamentos y no que “eres perezoso o perezosa”.
Infórmate sobre las posibles enfermedades que padeces y los efectos de la medicina en tu cuerpo.
2.4. Dosifica tus tareas
Nada más frustrante que una lista de tareas que crece y crece y nunca parece terminar. Tener una lista con múltiples tareas, todas con el mismo nivel de prioridad, hará que nos sintamos incapaces de terminar todo lo que nos hemos propuesto.
Para poder tener una relación más sana con las tareas, puedes especificar una o dos tareas que quieres cumplir en el día y enfocarte en que sucedan. Aunque sientas que es poco, siempre es mejor avanzar despacio, que no avanzar por tener bloqueos en nuestra mente causados por la cantidad de presión que nos ponemos a nosotros mismos.
3. Algunas cosas que puedes hacer para mantener el enfoque:
Reduce las distracciones que tengas al rededor: Pueden ser notificaciones en el trabajo o en la vida personal. O estar en ambientes en donde sabes que no lograrás enfocarte.
Distribuye tu tiempo y tu energía: Dedicar largos periodos de tiempo a una sola actividad es agotador y su efectividad, en términos de productividad, disminuye con el paso del tiempo. Es una buena estrategia dedicar periodos cortos de tiempo, con descansos intermedios, para lograr terminar una tarea.
Bloquea tu agenda: Muchas veces no podemos concentrarnos porque nuestra agenda se llena de reuniones improvistas que nos quitan tiempo y no nos permiten trabajar. Define horarios en los que puedas enfocar tu tiempo a realizar una tarea determinada.
Identifica cuando pierdes la atención: Uno de los retos más grandes que tenemos con el enfoque es, realmente, saber cuándo hemos perdido la atención en una tarea. Aunque es difícil identificarlo, siempre podemos preguntarnos, ¿estoy concentrada en lo que debo hacer? Esto nos permite volver a traer nuestra mente a un estado de enfoque y concentración.
En Wannabe creemos que la cultura del enfoque es una responsabilidad de todo el equipo. Respeta los tiempos de trabajo de las personas. Ayuda a distribuir el trabajo entre todos los miembros del equipo. Confía en que tu equipo va a lograr lo que se propuso. Pero, sobretodo, dale prioridad a tus necesidades físicas, fisiológicas y mentales. Esto te ayudará a mantener el enfoque y conocerte mejor a ti misma.